He viajado recientemente a Roma, y aunque no es un lugar para observar directamente el cielo, es una ciudad llena de referencias a la Astronomía que normalmente pasan inadvertidas para turistas y locales, pero que alguien como yo, interesado en el Cosmos y en los pasos que ha dado la humanidad para descubrirlo, no puede pasar por alto.
Muchos nombres de objetos celestes proceden de las divinidades romanas. En Foro Romano se encuentran las ruinas de los templos en los que se les rendía culto.
El templo de Saturno, un edificio que sin duda fue colosal pero del que solo quedan en pie 8 columnas del pórtico. Saturno era dios de la agricultura, pero este edificio se usó principalmente para albergar el tesoro de Roma (aerarium).
Templo de Saturno
En la última entrada del año pasado hablé del asteroide 4 Vesta, que toma su nombre de la divinidad romana del hogar. Estas son las ruinas de su templo original. A su lado estaba la casa de las mujeres que lo custodiaban (las vírgenes vestales).
Templo de Vesta
Estas tres columnas y la base sobre la que se levantan es lo que queda del templo dedicado a Castor y Pollux, los legendarios héroes hijos de Zeus que dan nombre a las dos estrellas más brillantes de la constelación de Gemini (los gemelos).
Templo de Castor y Pollux
Y por último, fuera del Foro, la construcción romana mejor conservada en nuestros días, el Pantheon. Un templo dedicado a todos los dioses, que se supone albergó estatuas de Júpiter, Marte y Venus, entre otros. Su bóveda esférica, auténtica maravilla de la ingeniería, está diseñada para representar el cielo. Ninguna fotografía es capaz de transmitir la sensación que produce la contemplación de este espacio grandioso y vacío, la sensación de estar en el cielo en presencia de los dioses.
Bóveda del Pantheon
En el próximo artículo dedicado a Roma hablaré de meridianos y de calendarios.
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